martes, 23 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Escudo Orco.


Emblema de armas del Clan Orco de nuestra familia.
La horda esta lista para entrar en batalla.
Los estandartes y las banderas ondearán sobre los cadáveres de nuestros enemigos.
Nuestro escudo de armas será vanagloriado en el mundo entero.
Nuestro Clan será conocido y admirado.
Nadie podrá ser indiferente a nuestra gloria.
Todos conocerán nuestro Escudo de Armas.
Y sentirán temor y angustia cuando lo miren.




Basado en el fabuloso mundo de Warcraft. Fantasía e imaginación al poder.

domingo, 21 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Cabezas Reducidas

Cabezas reducidas a imitación y, por supuesto, con la libertad de interpretación e imaginación del artista. Aunque tienen detalles muy reales, están fabricadas con arcilla. No se asusten.



Gracias a los jíbaros, ese pueblo amazónico cuyo nombre verdadero son Los Shuar, podemos disfrutar de su arte sádico y negro. La reducción de cabezas es algo único de este pueblo. Practicaban el ritual del tzantza, consistente en cortar y reducir la cabeza, y cuyo secreto guardan celosamente.

viernes, 19 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Máscara 7 y 8

Máscara 8: La máscara burlona. La primera que realizó.

Máscara 7: Sin título oficial. Es la más grande, midiendo más de medio metro, es casi un escudo.

jueves, 18 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Máscara 5 y 6

Máscara 5: Sin título oficial.

Máscara 6: Ying yang

martes, 16 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Máscara 3 y 4

Máscara 3: sin título oficial, yo lo llamo moái

Máscara 4: Gremlin. Lo de arriba es un boomeran de adorno. En la foto principal, donde salen todas las máscaras se puede apreciar el objeto.

jueves, 11 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Máscara 2

Talla de madera, sin título oficial, un poco más siniestra. Poco se verá que casi todo es más bien con trasfondo oscuro.

domingo, 7 de febrero de 2010

Museo la Sastrería: Máscara 1

Talla de madera. Sin título oficial. Esta es un tanto cómica, ¿verdad?

Museo la Sastrería

Voy a empezar a mostrar poco a poco todas las creaciones de mi hermano Antonio. Un verdadero artista bohemio y autodidacta. Creaciones de madera (las llamamos máscaras) y arcilla (ésto son un par de esculturas anatómicas del esqueleto humano).

Esperamos que gusten y si alguien ofrece un buen precio, hasta las vende. Los tamaños varían de unos 30 cm hasta más de medio metro.
La sastrería es nuestro antro particular, herencia de mi abuelo (sastre). Ahí es donde vamos a jugar a algún juego de mesa, bebercio, o simplemente a pasar el rato en vez de estar con la civilización lorquina. Es un museo para las sugerentes manifestaciones artísticas de mi hermano. Como colofón decir que tenemos un futbolín artesanal, realizado por dicho artista (mejor que el de los bares jejeje).

Empezaré por las máscaras, donde la colección completa se muestra en la imagen, a la izquierda una cabeza reducida de arcilla.

zapito (sapico)


El otro día volví a ver al sapo (Bufo bufo) que suele haber por mis jardines y bancales, bueno en realidad hemos visto hasta dos a la vez, pero no sabemos cuantos puede haber. Y por fin tenía la eos conmigo. Siempre que lo veía, yo sin cámara, ya fuera verano o cualquier otra estación. Además ahora es muy raro ver a estos bichos, con el frío del invierno no salen a dar garbeos muy a menudo. Pero como ese día era bastante caluroso, sumado a las recientes lluvias, al sapo le pareció bien darse una vueltecica. Cuando oigo sus torpes pasos por la hojarasca y lo veo, voy hacia él, se para en seco y comienza a bufarse, su característico comportamiento de defensa. Si ya esta gordete de por sí, es más grande que mi mano, hinchao más todavía. Se aprecia en la foto de más abajo, donde para ver bien el tamaño real del individuo pongo la tapa del objetivo, de 58 mm.


Ya el pobre bicho, agobiao y aburrio de hacerle tantas fotos, decide irse andando poco a poco, pero muy rápido (no conseguí hacerle ninguna instantánea enfocando al bichete), hacia unos pequeños matorrales al pie de un membrillero. Ahí se quedo el gordete, con los pétalos de los almendros alrededor y cobijado por los helechos. Espero que le vaya bien por los lares de mi casa, ya tiene un par de añetes, y nadie se lo ha comido.



¡Salud sapito!

sábado, 6 de febrero de 2010

Chiqui


Ayer cinco de Febrero, venía de acompañar a una amiga de la estación de Granada. Después pasé por los paseillos para ir a mi casa, un gran lugar de divertimiento y esparcimiento, con corredores, patinadores, ciclistas y paseantes en general. Aunque a las cinco de la tarde no había gente deportista, solo viandantes y un par de parejas en los bancos. De repente un perrito me mira y empieza a seguirme, como llevaba una bolsa con un poco de comida, llega a mi altura, la huele y me menea la colita mientras me sigue.

El pequeño sigue a mi lado a través de los paseillos, todo el rato a mi vera. Si me paro, él se para. Si se quedaba oliqueasdo, enseguida corriendo con sus patitas cortitas a mi costado.

Llego al portón de mi casa y el enano también. Subo y lo llevo conmigo, me daba penica que le pueda pasar algo o que algún vecino lo echara del portón. Y en la calle no quería dejarlo, muchos coches.

Así, como el perrete tiene collar antipulgas y otro collar para la correa mu chulo, debe de tener dueño o dueña (no me pillarás ministra de la igualdá), pues decido llevarlo otra vez a paseillos, a ver si su amo/ama lo esta buscando por allá.

Pues no. Nadie parece estar con cara de preocupación por lo que sea. Ni por los exámenes la gente parecía inquieta.

Entonces, lo mejor es llevarlo a una clínica veterinaria para ver si tiene chip. Me estaba empezando a encariñar con el bicho. Pero por el bien de todos lo principal era ver que me decían los veterinarios. Si no tuviera chip, pondría carteles. Si nadie lo reclamaba, el peque se quedaría conmigo.

Afortunadamente el chip estaba bajo su piel. Chiqui se llama el perrico. Justo un año que fue registrado, casualidad, pues al principio creíamos que era su cumple!!! Como las veterinarias, muy amables, graciosas y guapas ellas, no localizaban a la dueña (ya sabían que es una chica) pues se pondrían en contacto conmigo, pues no pueden dar datos de nadie, muy comprensible.



Así me fue con Chiqui a la facultad de ciencias, a pasear al pequeñín, con una correa que me dejaron en la clínica. Correa que no me hacía falta, Chiqui se portaba a mi lado de manera ejemplar, se paraba cuando lo hacía yo, esperaba a que pasasen los coches, venía si lo llamaba. Vamos, un primor de perrico, acostaico a mi vera en el banco de la facultad. Lo dicho, si no salía el dueño (sin chip y sin repuesta a carteles) yo encantao de cuidarle.

Ya cuando me llamaron las chicas, la dueña estaba dirigiéndose al lugar, la clínica veterinaria Galápago (publicidad gratuita majas). Tan rápido, que sin querer la tuve esperando una media hora, pues yo tenía un pequeño compromiso con una amiga que me retrasó más de la cuenta.



El gran reencuentro llegó y yo me despedí de Chiqui. Le conté a su dueña todo lo que me había pasado con el pequeño. Y como la gente conocida que me encontré en la facultad diciendo si era mío jeje. De buena gana quiero un perrico tan bueno. Pero con su ama no lo es tanto, que se le escapó el bandido, en el triunfo.

Me queda la satisfacción de haber hecho bien, y la cara de alegría de su dueña, la cual me dijo: ¡ojalá hubieran mucha más gente tan buena por el mundo! Sólo puedo decir: No hay de que, no pasa nada y muchas gracias por halagarme de esa forma.

¡¡¡Hasta siempre chiqui!!!