lunes, 19 de abril de 2010
Extremadura, las estepas.
Tierra de conquistadores, tierra de hermosos paisajes, tal como la recordaba, hace 17 años que vine a este bello lugar. Para mí practicamente no ha cambiado. Sigue siendo espectacular. Campos extensos, encinares kilométricos y estepas hasta donde alcanza la vista. Me recreo en los paisajes que veo, preciosos como la vida misma.
Los llanos de la Puebla de Alcocer es la imagen justo arriba. Lindo pueblo, donde nos trataron estupendamente. Algunos del lugar nos veían y enseguida nos paraban a comentarnos algo típico de la Puebla, a mi me dijeron que no me fuera sin ver al gigante. Dormimos en un antigüo monasterio reformado como albergue juvenil y donde teniamos un nido de cigüeña al lado. Por desgracia la visita fue rápida como el rayo, llegamos a las ocho de la tarde y nos fuimos por la mañana a las ocho y media. No pude ver los restos del gigante.
Aquí la gente buscando egagrópilas debajo de unos árboles donde hay unos nidos de cigüeñas, a las pobres las molestaron y echaron a volar, las aves que se ven por encima son ellas.
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