El sol entraba entre las ramas del árbol, sus rayos penetraron quedando sólo en un fino hilo.
Parecía el último rayo de sol que deja al descubierto la entrada secreta a los salones interiores de la montaña solitaria.
"Estad junto a la piedra gris cuando cante el zorzal y los últimos rayos de sol poniente del día de Durin ilumiraran el ojo de la cerradura" (El Hobbit).
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