La teoría de la evolución está sujeta a debate, por eso se
denomina teoría, no es una ley inmutable. Esta palabra, inmutable, es perfecta
para definir a la teoría de la evolución; puesto que Darwin, en su libro “El origen de las especies”, se da cuenta
de que las especies no son inmutables, algo que realmente ya se hablaba en los
círculos científicos de las academias francesas en el siglo XIX, antes que
Darwin.
Entre las dos especies de la imágenes, un celentéreo a la izquierda (Phyllangia Mouchezii) y un cordado vertebrado una morena (Muraena helena), pasaron millones de años desde la aparición de la primera y de la segunda. ¿Por qué se mantuvo la primera siendo supuestamente tan primitiva?
Y ese es el problema, demasiado Darwin en medios de
comunicación y en homenajes. Como biólogo he tenido la suerte de tener a buenos
profesores que me hicieron pensar y me enseñaron que hay cuestiones y avances
sobre evolución mucho más allá de Darwin. En torno a Darwin, básicamente, se ha
reducido la evolución a la Selección Natural y a la aleatoriedad de las
mutaciones (azar). Pero como veremos, esto no explica la macro-evolución y la
aparición de los mamíferos por ejemplo; algo que siempre he sospechado e
intuido: ¿cuál es la chispa de la
evolución, cómo y por qué se producen cambios genéticos que actúan desde el
desarrollo embrionario y dan lugar a nuevos proyectos corpóreos (como los
mamíferos) conservándose otros proyectos “primitivos” y menos aptos (aparentemente)
para competir y así sobrevivir (como las medusas)?
“Mientras el
respeto a los delicadísimos mecanismos ecológicos no sea actitud desinteresada
y general, apenas adelantaremos un paso” Miguel Delibes. El mundo en la agonía, Ed. Círculo
de lectores, pag. 92.
El punto negativo para mis profesores es que antes que
Darwin hubo intelectuales y científicos franceses que ya plantearon lo mismo, e
incluso mejor. Si me hubieran enseñado la cronología verdadera de las teorías
de la evolución nunca habría pensado bien de Darwin, existen estudios y ensayos
mejores. Cuando dejan de ocultar información, las teorías se ven más claras y
más honestas. Hay que ser honesto en la ciencia, en mi opinión, y si hay
misterios (no esotéricos ni divinos) se tienen que admitir. En la teoría de la
evolución hay que ser muy honesto, y admitir el misterio de la evolución: que
no sabemos realmente cuál es el mecanismo de la evolución, cuál es el mecanismo
que hace que sigan existiendo las medusas o las esponjas y qué hizo que
existieran después los peces o los mamíferos. No lo sabemos. La selección
natural y la acumulación de pequeños cambios con mutaciones al azar no explican
por qué una araña es una araña, o por qué una cabra es una cabra.
Gracias a Máximo Sandín puedo tener una visión mucho más
amplia de la evolución y de los procesos que podrían tener un papel
fundamental. Además de conocer mejor la influencia anglosajona en la sociedad,
tanto a nivel biológico (con la teoría de la evolución de los organismos vivos)
como a nivel social (con el Darwinismo social, que impregna las teorías
económicas que rigen la sociedad).
Realmente lo mejor es que lean a Sandín y comprendan un poco
mejor la evolución. Voy a dejar el primer capítulo del libro que he leído, “Una nueva
biología para una nueva sociedad”, el libro se llama “Pensando
la evolución, Pensando la vida” (Ediciones Crimentales SL, 2006, ISBN:
84-935141-0-1), que ilustra sobre la historia de las ciencias biológicas. En
realidad no es un libro como tal, es una recopilación de artículos y ensayos
publicados en diversas revistas, y este primer capítulo es genial para empezar.
Pero voy a comentar un poco a modo de prólogo, para intentar
abrir boca.
1- La evolución como se
suele enseñar es básicamente con la selección natural propuesta por Darwin,
donde pequeños cambios acumulativos al azar proveen de ventajas adaptativas y
así sobreviven mejor que los que no expresan esos cambios, donde la competencia
entre individuos de la misma especies, así como con otras especies, determinará
la supervivencia de los más adaptados, o adecuados, de los más fuertes. Se
menciona a Darwin como el pionero, antes de él no había nada, y algunos hasta
proclaman que después de él ya no hay nada más que descubrir. La realidad. Si la evolución fuera por
pequeños cambios acumulativos, existirían numerosas formas intermedias en el
registro fósil pero no es así (aunque incompleto, el registro de que disponemos
es suficientemente amplio como para tener esas formas intermedias). La selección
natural, con la competencia como principal impulsor, sólo parece operar a nivel
de especie, pero no a nivel de clase, orden o filo. No explica la aparición de
las alas en los insectos, o la placenta en los mamíferos placentarios. Se ha
comprobado que han existido periodos de enorme estabilidad en la morfología de
los organismos, y después de las extinciones masivas es cuando mayor salto
evolutivo ha habido, produciéndose explosiones de vida, la más famosa, y posiblemente
más espectacular dada la cantidad de filos que aparecieron, fue la explosión de
vida del Cámbrico, donde aparecieron desde los poríferos hasta los primeros
cordados. Esto desafía la evolución gradual de los organismos e invalida en
mucho a Darwin.
2- Lo que enseñan
sobre estos cambios, se descubrió después, es que se deben a cambios en la
secuencia de bases del ADN, donde los genes mutan al azar y cambian las
proteínas que expresan. El ADN se compone de genes, donde un gen codifica la
expresión de una proteína (un gen, una proteína). La realidad. Esto ya se ha demostrado como alejado de la realidad.
Un gen puede dar lugar a muchas proteínas dependiendo del estado metabólico de
la célula, dependiendo de las condiciones ambientales, además de que muchas
proteínas están formadas por la unión de varias secuencias proteicas formando
una proteína funcional, e incluso la adición de menos de esas partes forma otra
proteína. Además se ha visto que la expresión de los genes se debe a los
elementos reguladores de la expresión génica, sistema complejo donde los haya.
Y se ha demostrado que tenemos genes conservados y que son prácticamente
iguales a genes bacterianos, lo que se ha demostrado es una transferencia
horizontal de genes entre diferentes especies, en este caso de procariotas a
eucariotas, donde se han conservado esos genes durante cientos de millones de
años, genes que intervienen en el metabolismo de lípidos por ejemplo. Si la
evolución es por pequeños cambios al azar, estos genes tendrían que ser muy
diferentes, por estadística pura; lo que ocurre es que existe un mecanismo de
reparación del ADN ante mutaciones, y si ese mecanismo ha actuado durante
millones de años en genes esenciales para las células, para el organismo,
significa que la teoría de Darwin es, cuanto menos, errónea. ¿Por qué parte del
genoma acumula mutaciones y otra parte no? Sandín expone un ejemplo estupendo,
los genes reguladores de la embriogénesis de los ojos son los mismos en todos
los grupos animales; están tan conservados, que se experimentó con genes de
ratón y se insertaron en el genoma de mosca, y se desarrollaron ojos de mosca;
es decir, son, en esencia, los mismos genes. Esta conservación tan
extraordinaria durante tantos millones de años no es por casualidad ni por
azar.
Es muy probable que la transferencia horizontal de genes,
por bacterias y virus, sea el verdadero motor de la evolución, aunque el
mecanismo exacto de por qué ocurre es un misterio; las extinciones masivas, o
lo que es lo mismo, cambios drásticos en las condiciones ambientales pueden
desencadenar o acelerar el proceso en las especies supervivientes (aunque las
extinciones masivas hayan eliminado a numerosas especies, nunca han eliminado a
tantos filos, ordenes o clases, en porcentaje; por ejemplo, la última gran
extinción que fue la de los dinosaurios no eliminó a todos los mamíferos, ni
aves, ni tortugas, ni tiburones, ni celacantos (ni peces en general), ni
insectos, ni arácnidos, ni crustáceos, ni equinodermos, ni esponjas ni
cnidarios, y lo mismo en los grupos vegetales).
3- Lo que se enseña
es la competencia como motor de la selección natural. La supervivencia de los
más aptos, los más adecuados, o los más fuertes, como a ustedes les guste más.
De ahí que Darwin y sus contemporáneos ya extrapolaban a las normas y acciones
del capital liberal sus leyes naturales de la selección natural. Dando a
entender que los ricos y exitosos son seres mejores adaptados en la sociedad.
Nacía el Darwinismo social en plena revolución industrial y nacía el
capitalismo tal y como lo conocemos, ya ideado antes de la publicación del “Origen de las especies”, potenciado por
Darwin, y por supuesto usado por los poderosos para justificar su inmoralidad
con la clase obrera y justificar la eugenesia (la mejora de la raza superior,
es decir la blanca anglosajona en el imperio británico, la llamada aria por los
nazis, etc.). Malthus y Spencer son dos de los máximos exponentes de estas
doctrinas capitalistas, liberalismo y neoliberalismo que para el caso es lo
mismo. La realidad. En la naturaleza
existe competencia, pero también existe en un alto grado la cooperación. Los
complejos sistemas ecológicos que rigen la selva, los bosques o los mares,
todavía no han sido comprendidos, y las intervenciones humanas en los
ecosistemas casi siempre han dado resultados inesperados. Las relaciones
inter-específicas en los ecosistemas son complejas y no estudiadas en su
totalidad, como las relaciones con los virus y las bacterias. Siempre se ha
visto a los microorganismos como enemigos, pero dada la cantidad de bacterias y
virus que hay en un puñado de tierra, o en un litro de agua, si quisieran
competir y matarnos lo harían.
En este caso, ya se sabe que las células eucariotas, las
células con núcleo, se formaron por la simbiosis de diferentes células
procariotas, células sin núcleo que son las bacterias, arqueas y virus. Si la
competencia fuera tan grande y feroz, y fuera el motor de la evolución, la
aparición de una célula eucariota por azar habría sido invadida e infectada con
toda seguridad.
El Darwinismo social es amoral, se usa la selección natural
para justificar el colonialismo, para justificar la masacre, esclavitud y
explotación de pueblos por los más poderosos y expoliar sus recursos naturales.
El capitalismo usa estas supuestas leyes naturales para justificar las clases
sociales, la explotación obrera y, por supuesto, las guerras.
Como conclusiones se puede extraer que la evolución requiere
de cooperación y de transferencia horizontal de material genético. Los
organismos requieren de cooperación en su interior, nuestros cuerpos necesitan
de la cooperación entre los diferentes sistemas y células, donde la regulación
y cooperación metabólica es esencial. En los ecosistemas existe una mayor
cooperación que la que nos dice Darwin y sus seguidores. La sociedad no debería
seguir la doctrina de la selección natural; la cooperación y la distribución, a
su vez la eliminación de las clases sociales será el gran reto al que nos
llevamos enfrentando siglos, y al que los capitalistas llevan siglos
esquivando, manipulando y mintiendo para que su doctrina elitista siga en boca de
la opinión pública, para que siga el capitalismo depredador donde el agua se
privatiza, donde se privatiza la sanidad y educación, y se comercia con
servicios públicos como si fuéramos ganado, donde sólo importa el dinero.
Sandín nos muestra y orienta que necesitamos en la biología
una nueva filosofía, y no sólo en la biología, también una filosofía social que
no implique pisotear compitiendo para tener éxito, para esto se puede leer a
Lewis Mumford, William Morris, Jaime Semprún,
y clásicos más conocidos como Heagel y Marx y un largo etc.
Después de leer a Sandín, y a muchos más, si lo que queremos
es llegar a un equilibrio con la naturaleza, en base a las leyes naturales de
los ecosistemas, debemos buscar el equilibrio entre competencia y cooperación,
cómo mínimo aunque lo mejor sería eliminar competencia en un 99%. Integrar los sistemas
sociales básicos en una estructura cooperativa, no privada en sanidad y
educación (esto incluye la industria farmacéutica) o el agua, pero habiendo
comercio y competencia en otros sectores, como textil o deportes (pero, repito
que lo mejor sería sin competencia). La ciencia, cuando mayor han sido los
avances han sido cooperando, con un intercambio de información y de estudios.
Entiendo que muchos deportistas ganen mucho dinero, y suele
ser acorde a los contratos publicitarios que firman (ganan dinero y los que les
contratan ganan más), pero me da vergüenza que por jugar al futbol o al tenis
ganen lo que un médico ganaría en 300 años de trabajo curando a seres humanos.
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