Este pasado septiembre he tenido el honor de participar en la campaña oceanográfica de la Zona Económica Exclusiva Española (ZEEE) 2011 a bordo del Buque de Investigación Oceanográfica Hespérides, embarcación de la Armada española... explicar la campaña, los transectos, etc
Mi experiencia sencillamente ha sido genial. Una de las mejores, sin duda. Todo genial, el trabajo y la gente, tanto la tripulación como los compañeros y amigos científicos. El simple hecho de encontrarme en algún lugar del Atlántico, a unos cien kilómetros al oeste de las Islas Canarias, ya presagia un viaje muy interesante. Si añado que teníamos bajo nosotros casi 5000 metros de profundidad lo hace aun más. Sin embargo, sólo pudimos observar unas pocas aves marinas (creo que pardelas cenicientas) y unos pocos peces voladores. Pero el objetivo no era observar los macro organismos de la superficie, el trabajo realizado a bordo fue mucho mayor.
Éramos cuatro equipos de trabajo; los amigos de la universidad Complutense de Madrid controlaban y anotaban los datos de campo magnético y gravedad de la Tierra (el magnetómetro se llevo unos cuantos bocaos de tiburones, dejando un trozo de diente clavado); los amigos de la universidad de Zaragoza y del instituto geológico y minero de España (IGME) controlaban los datos de obtenidos del sistema TOPAS que registra perfiles de las capas superficiales del lecho marino; los amigos del instituto hidrográfico de la marina (IHM) se encargaban de manejar los datos de la sonda de batimetría multihaz empleada para generar un mapa cartográfico detallado del fondo marino; por último, el equipo al que pertenecía, el de la Universidad de Cádiz, gracias a ellos pude ir a la campaña. Primera colaboración de la Universidad de Cádiz en las campañas de la ZEEE y no será la última. Nosotros nos encargábamos obtener diversos parámetros. Primeramente realizábamos dos valoraciones potenciales de la alcalinidad del agua superficial de la zona por donde navegábamos, al mismo tiempo se filtraban dos litros de agua superficial para posteriormente obtener los niveles de clorofila total; esto cada dos horas. Además continuamente, excepto los cambios de línea, obteníamos datos de las velocidades de las corrientes marinas hasta una profundidad de unos cien metros a través del doppler acoplado al casco del barco.
A bordo del BIO Hespérides con vistas de Tenerife, donde nos embarcamos, y el Teide vigilante, un volcán activo. Como dato curioso, sólo dos semanas después de la campaña de la ZEEE estalló el volcán submarino de la isla de El Hierro, si hubiera sido antes, nosotros hubieramos sido los primeros en ir a la Restinga e investigar con batimetría los sucesos (http://www.agenciasinc.es/imagenes/inicio/%28imagen%29/87282).
Aquí las marcas de los tiburones.
La vida en el barco se resumía en trabajar las horas que cada uno tuviera asignadas, y el resto del tiempo era libre, para divertirse. Teníamos muuucho entretenimiento, películas, series, libros, juegos y cervecita. La cervecita y el vinito está permitido, y nos lo sirven como avituallamiento del personal investigador. Un número limitado de cervezas y vino, por supuesto. Supimos aprovechar las existencias y racionarlo... al principio. Pero eso sí, siempre sin pasarse, supimos comportarnos todos.
Resumiendo, lo mejor: la gente, todos geniales, hemos hecho grandes amistades, y el estar en un pequeño espacio tanto tiempo juntos ha provocado que se generasen unos estrechos lazos afectivos entre todos nosotros, entre unos más que otros, pero todos guardamos un recuerdo excelente de todos, y que así siga siendo. Siempre que miremos esas fotos los recuerdos vendrán a la cabeza, las emociones y sentimientos vividos volverán a aflorar. No me canso de recordar esos buenos momentos en el Hespérides.
La experiencia de vivir una campaña oceanográfica ha sido una oportunidad única dentro de este máster en oceanografía que acabo de terminar. Espero que no sea la última de mis campañas oceanográficas. Nunca se sabe. Espero el futuro con ilusión. Hasta siempre Hespérides y su gente. Gracias a la tripulación, que se portaron estupendamente, mejor que mejor. Gracias amigos. Gracias a todos. Gracias por compartir esos momentos. ¡¡Muchas gracias!!
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